Oración a la bandera
Esta bandera es la bandera que nos congrega en un solar y en una historia.
Esta es el alma de la patria: su voluntad, su entendimiento y su memoria.
Si algo valemos es por ella, que nos agranda con su fuerza generosa.
El elemento en que palpita ya no es el aire, sino el viento de la gloria.
Y el resplandor que la ilumina ya no es el sol, sino del Ser que hizo las cosas.
Su luz del cielo nos alumbra, su sombra de árbol nos ampara y nos convoca.
De "Poemas de carne y hueso" de Francisco Luis Bernárdez
Himno Nacional Argentino
Oíd mortales el grito sagrado:
¡Libertad, Libertad, Libertad!
Oíd el ruido de rotas cadenas,
ved en trono a la noble igualdad.
Ya su trono dignísimo abrieron
las Provincias Unidas del Sud
y los libres del mundo responden:
"Al gran pueblo argentino, ¡salud!"
Sean eternos los laureles
que supimos conseguir.
Coronados de gloria vivamos...
¡oh juremos con gloria morir!
Letra de Vicente Lopez y Planes
Música de Blas Parera
Himno a Sarmiento
Fue la lucha, tu vida y tu elemento;
la fatiga, tu descanso y calma;
la niñez, tu ilusión y tu contento,
la que al darle el saber le diste el alma.
Con la luz de tu ingenio iluminaste
la razón, en la noche de ignorancia.
Por ver grande a la Patria tu luchaste
con la espada, con la pluma y la palabra.
En su pecho, la niñez, de amor un templo
te ha levantado y en él sigues viviendo.
Y al latir, su corazón va repitiendo:
¡Honor y gratitud al gran Sarmiento!
¡Honor y gratitud, y gratitud!
¡Gloria y loor! ¡Honra sin par
para el grande entre los grandes,
Padre del aula, Sarmiento inmortal!
¡Gloria y loor! ¡Honra sin par!
Letra y música de Leopoldo Corretjer
Aurora
Alta en el cielo, un águila guerrera
audaz se eleva en vuelo triunfal;
azul un ala del color del cielo,
azul un ala del color del mar.
Así en la alta aurora irradial,
punta de flecha el áureo rostro imita,
y forma estela al purpurado cuello.
El ala es paño, el águila es bandera.
Es la bandera de la patria mía,
del sol nacida, que me ha dado Dios.
Letra de H.C. Quesada y L. Illica
Música de Héctor Panizza
Marcha de las malvinas
¡Tras su manto de neblinas,
no las hemos de olvidar!
"¡Las Malvinas, argentinas!",
clama el viento y ruge el mar.
Ni de aquellos horizontes
nuestra enseña han de arrancar,
pues su blanco está en los montes
y en su azul se tiñe el mar.
Por ausente, por vencido
bajo extraño pabellón,
ningún suelo más querido
de la Patria en la extensión.
¿Quién nos habla aquí de olvido,
de renuncia, de perdón?
¡Ningún suelo más querido
de la Patria en la extensión!
¡Rompa el manto de neblinas,
como un sol, nuestro ideal;
Las Malvinas, argentinas
en dominio ya inmortal!
Y ante el sol de nuestro emblema,
pura, nítida y triunfal,
brille, ¡oh Patria!, en tu diadema
la perdida perla austral.
Coro
¡Para honor de nuestro emblema,
para orgullo nacional,
brille, ¡oh patria!, en tu diadema
la perdida perla austral.
Letra: Carlos Obligado
Música: José Tieri
Himno al Libertador General San Martín
Yerga el Ande su cumbre más alta,
dé la mar el metal de su voz
y entre cielos y nieves eternas
se alce el trono del Libertador.
Suenen claras trompetas de gloria
y levanten un himno triunfal,
que la luz de la historia agigante
la figura del Gran Capitán.
De las tierras del Plata a Mendoza,
de Santiago a la Lima gentil
fue sembrando en la ruta laureles
a su paso triunfal, San Martín.
San Martín, el señor de la guerra,
por secreto designio de Dios,
grande fue cuando el sol lo alumbraba
y más grande en la puesta del sol.
¡Padre augusto del pueblo argentino,
héroe magno de la libertad!
A su sombra la patria se agranda
en virtud, en trabajo y en paz.
¡San Martín! ¡San Martín!
Que tu nombre honra y prez
de los pueblos del sur
aseguren por siempre los rumbos
de la patria que alumbra tu luz.
Música de Arturo Luzzatti
Letra de Segundo M. Argañaráz
Marcha de San Lorenzo
Febo asoma; ya sus rayos
iluminan el histórico convento;
tras los muros, sordo ruido
oír se deja de corceles y de acero.
Son las huestes que prepara
San Martín para luchar en San Lorenzo;
el clarín estridente sonó
y la voz del gran jefe a la carga ordenó.
Avanza el enemigo a paso redoblado,
al viento desplegado su rojo pabellón.
Y nuestros granaderos, aliados en la gloria,
inscriben en la historia su página mejor.
Cabral, soldado heroico,
cubriéndose de gloria,
cual precio a la victoria,
su vida rinde, haciéndose inmortal;
y allí, salvó su arrojo
la libertad naciente
de medio continente,
¡Honor, honor al gran Cabral!
Letra de Carlos J. Benielli
Música de Cayetano A. Silva